JOSEF KOUDELKA: es un fotógrafo nacido en la región de Moravia (Boskovice), en Checoslovaquia (actual República Checa) en 1938, y nacionalizado francés en 1987 (79 años).
Fotografías de Koudelka.
Se interesó por la fotografía a los 12 años gracias al Sr. Dycka, panadero de oficio, fotógrafo aficionado, amigo de su padre.
Sus primeras fotografías son de su entorno familiar y para realizarlas se vale de una cámara de baquelita 6 x 6,
En 1956 se traslada a Praga para realizar la carrera de ingeniería aeronaútica. Durante los años de estudios conoce al fotógrafo Jiri Jenicek, quien le anima a realizar su primera exposición en 1961 en el Teatro Semafor de Praga. Durante la inauguración conoce a Anna Fárová, amiga y colaboradora a lo largo de toda su vida.
Durante los años 60 compagina su trabajo de ingeniero en Praga y Bratislava con la fotografía, que cada vez le ocupa más tiempo. Así, colabora con la revista «Divadlo» (teatro) y su interés por la música tradicional, folclórica y de los «rroma» (gitanos), le lleva a hacer de los gitanos su principal sujeto fotográfico.
En 1965 es invitado por el director de «Divadio za branou» (Teatro tras el puente) a fotografiar espectáculos teatrales.
En 1965 se publica el primer libro de fotografías de Koudelka, que recoge la serie de la obra de Alfred Jarry «Ubu Rey«, que había sido puesta en escena por Fan Grossman.
En 1967 decide abandonar su trabajo como ingeniero para dedicarse exclusivamente a la fotografía. En ese momento se inscribe en la Unión de Artistas Checoslovacos y recibe el premio anual de la asociación por «la originalidad y calidad de sus trabajos de teatro».
Expuso por primera vez las fotografías de gitanos tomadas en 1961 y 1967 bajo el título de «Cikáni» («Gitano» en checo).
Koudelka: «…los gitanos son los exiliados por naturaleza…»
Gracias al libro de «Gitanos»: Josef Koudelka logra ser conocido en el mundo occidental. Durante un largo tiempo se le conoció como el fotógrafo de «Gitanos», no el fotógrafo de los gitanos.
Al año siguiente(1968) viaja a Rumanía para continuar su proyecto sobre estilo de vida de los gitanos y regresa a Praga un día antes de que comience la invasión de Checoslovaquia por parte de las tropas del Pacto de Varsovia (Agosto 1968). A lo largo de los días siguientes fotografía el enfrentamiento entre soviéticos y checoslovacos. Era el fin de la llamada «Primavera de Praga», que apenas duró 8 meses. Estas fotografías saldrán de Checoslovaquia en 1969 por mediación de su amiga Ana Fárová y serán distribuidas por la Agencia Magnum, entonces presidida por Elliot Erwitt, a todas las revistas y periódicos más relevantes internacionalmente, sin que se mencionara el nombre de su autor para proteger de posibles represalias. Este relato visual de «un fotógrafo checo» le valdrá el Premio Robert Capa del Overseas Press Club.
Andrea Aguilar (en el País.com) cuenta que a Koudelka » Una llamada en medio de la noche le despertó. Tal era la agitación de la voz al otro lado del teléfono […] pensó que su amiga estaba borracha. Cuando comprendió lo que sucedía, agarró su cámara Exakta Varex y se tiró a disparar a las calles».
«Casi medio siglo después, con el muro caído y Checoslovaquia escindida, la carga emocional de aquellas fotos de Praga se mantiene intacta…»
Koudelka se reservó durante 16 años la identidad del autor de las fotos de la invasión de Praga. Firmaba como «P.P.» (fotógrafo de Praga).
En 1970 abandonó Checoslovaquia con un visado de 3 meses para continuar fotografiando gitanos, al oeste de Europa. Al caducar el visado decidió no volver a su país, convirtiéndose en un apátrida. Hizo de su exilio un retiro creativo hasta 1980, que gracias al asilo político de Inglaterra, fijó su residencia en Londres. Viajaba con un salvoconducto británico que decía «nationality doubtful» (nacionalidad dudosa).
En un primer momento de su exilio viajó a España, dormía en el suelo y al ras. Koudelka aprendió español en Barcelona. Coincidió mucho con Fernando Herráez ( del que fue gran amigo) y con Cristina Rodero.
Koudelka:» Desde el principio tenía claro que no quería documentar las romerías». Algunas de aquellas fotos que tomó en España, (apunta Andrea Aguilar en su entrevista) se incorporaron a su serie «Exilios», resultado de su vida sin residencia fija durante 17 años».
En 1971, Elliot Erwitt, le propuso unirse a la cooperativa Magnum Photos y Koudelka aceptó ser miembro asociado. Entonces es cuando conoció a Henri Cartier-Bresson y al editor y fotógrafo Robert Delpire, con quienes mantuvo una relación muy cercana. Koudelka reconoce que trabajando con Robert Delpire aprendió de fotografía más que nunca en su vida, que es la persona que mejor conoce su obra y de hecho es el editor de la mayor parte de los libros de Koudelka.
Koudelka (entrevista Andrea Aguilar):« Cartier Bresson llegó a la fotografía a través de la pintura, y lo mío fue al contrario. Realmente descubrí la pintura en Granada, en 1971, cuando visité la Capilla Real y vi a los primitivos flamencos; Memling me pareció lo más. Luego descubrí a muchos otros pintores. Esta semana nada más llegar a Madrid fui al Prado a ver «El Jardín de las Delicias», uno de mis favoritos. El arte tiene que ver con la emoción y con nada más».
En 1980 abandonó Inglaterra para instalarse en Francia, pero hasta 1987 no se nacionalizó francés.
En 1986 inició un cambio radical. Fue invitado por la Mission Photografique de la DATAR a formar parte, junto a otros fotógrafos, de un proyecto cuyo objetivo era documentar la diversidad de paisajes, tanto urbanos como rurales, de Francia. Tras hacer fotografías en París, Normandía y Bretaña, se decidió por la región de Lorena, donde la reestructuración de la industria metalúrgica estaba produciendo grandes cambios en el terreno.
Con esta experiencia comenzará a emplear sistemáticamente cámaras panorámicas, pues ya realizaba fotografías panorámicas desde 1958.
Se ha concentrado en un tipo peculiar de paisaje: aquellas zonas alteradas irremediablemente por el hombre:
Koudelka: » La mayor parte de la gente considera que este paisaje devastado atemoriza. Pero para mí, lo que atemoriza no es el paisaje, sino la destrucción. Me parece trágico, pero hermoso. Horriblemente hermoso…En este paisaje herido encuentro una belleza indomable. La fuerza. La lucha por la supervivencia» Y explica que: «No se trata de una complacencia mórbida por lo que está desapareciendo sino, por el contrario, de una particular fascinación por lo que está surgiendo a pesar de todo…» (Oscarenfotos.com).
Koudelka:«…tampoco creo que haya grandes fotógrafos sino grandes fotografías, que son un tipo de milagro, algo que ocurre muy pocas veces»
Hasta hoy en día, Josef Koudelka ha recibido prestigiosos galardones en reconocimiento a su labor, como el premio Cartier-Bresson, la Medalla de la Royal Photografic Society o el Premio Internacional de la Fundación Hasselblad y ha sido nombrado Caballero de las Artes y las Letras por el Ministerio de Cultura de Francia.
Koudelka:» Él resta importancia al aire romántico que rodea su trayectoria (Andrea Aguilar): «Dormir en el suelo no es una condición para tirar buenas fotos, duermes así porque haces un determinado tipo de foto; pasé años fotografiando a gente que tenía menos dinero que yo, pero vivían mejor. Era mi decisión, no he hecho sacrificios sino simplemente lo que quería hacer».
FUENTES DE INFORMACIÓN:
–Entrevista de Andrea Aguilar en el país.com
-Más fotos y artículo bueno en Oscarenfotos.com