LAS MENINAS de Velázquez: Así se conoce a este cuadro desde el siglo XIX, desde 1843. El título viene de la descripción que hizo Palomino: «dos damitas acompañan a la infanta niña; son dos meninas». Con este nombre de origen portugués, se conocía a las acompañantes, generalmente de familia noble, que servían como doncellas de honor a las infantas, hasta su mayoría de edad.
Pintura al óleo de las Meninas de Velázquez.
Desde 1734 se había llamado «La familia de Felipe IV».
Según Carmen Garnido, conservadora jefe del Museo del Prado: «el dibujo al óleo más grande pintado nunca».
Se considera la obra maestra del Diego de Velázquez, el pintor del Siglo de Oro español.
Como muchos otros cuadros del pintor, no está firmado ni fechado. Según Antonio Palomino fue acabado en 1656, fecha unánimemente aceptada por la crítica, que es el último periodo estilístico del artista, en plena madurez.
Es una pintura realizada al óleo sobre un lienzo de grandes dimensiones ( 318 cm de alto x 276 cm de ancho), formado por 3 bandas de tela cosidas verticalmente, donde las figuras situadas en primer plano son de tamaño natural. Se halla expuesta en el Museo del Prado de Madrid, donde ingresó en 1819, procedente de la Colección Real.
Fue descrito por Antonio Palomino, pero no alcanzó auténtica reputación internacional hasta 1819, cuando tras la apertura del Museo del Prado pudo ser copiado y contemplado por un público más amplio.
El tema central es el retrato de la infanta Margarita de Austria, colocada en primer término, rodeada por sus sirvientes, las «meninas».
Detalle de pintura de la Infanta Margarita de Austria.
En el lado izquierdo, se ve parte de un gran lienzo, y el autorretrato del propio Velázquez trabajando en él. El artista resolvió con gran habilidad todos los problemas de composición del espacio, gracias al dominio que tenía del color y a la gran facilidad para caracterizar a los personajes.
Detalle de pintura del autorretrato de Velázquez.
El punto de fuga se encuentra en el personaje del fondo que está abriendo la puerta, donde la colocación de un foco de luz, demuestra de nuevo la maestría del pintor, que consigue hacer recorrer la vista de los espectadores por toda su representación.
Un espejo colocado al fondo refleja las imágenes del Rey Felipe IV y su segunda esposa Mariana de Austria, medio del que se valió, según Palomino, el pintor para dar a conocer ingeniosamente lo que estaba pintando, aunque algunos historiadores han interpretado que se trataría del reflejo de los propios reyes entrando a la sesión de pintura, siendo en este caso la infanta Margarita y sus acompañantes quienes visitan al pintor en su taller.
Las figuras del primer término están resueltas mediante pinceladas sueltas y largas con pequeños toques de luz. La falta de definición aumenta hacia el fondo, siendo la ejecución más leve hasta dejar las figuras en penumbra. Esta misma técnica se emplea para crear la atmósfera nebulosa de la parte alta del cuadro, que habitualmente ha sido destacada como la parte más lograda de la composición. Es el único cuadro del pintor en el que aparece el techo de la habitación. Este escenario en penumbra resalta el grupo fuertemente iluminado de la infanta.
detalle de las Meninas
El año que Velázquez pintó las Meninas (1656), el rey ya estaba muy envejecido. Después de la ejecución de este cuadro, en 1660, se impuso el matrimonio entre el rey de Francia Luis XIV y la infanta María Teresa, hija del primer matrimonio de Felipe IV. Y este mismo año falleció Velázquez en Madrid, después de regresar del viaje a la Isla de los Faisanes, para preparar este encuentro.
Fue enterrado en 1660, con el vestido y la insignia de Caballero de la Orden de Santiago, distinción que tanto deseó conseguir en vida. Se dice, sin tener ninguna certeza, que fue Felipe IV el que después del fallecimiento del artista añadió a la pintura de las Meninas la cruz de la orden sobre el pecho de Velázquez.
-La más completa y primitiva información del cuadro se encuentra en la biografía extensa que dedicó Antonio Palomino a Velázquez, en el tercer tomo del «Museo Pictórico y escala óptica, titulado «El parnaso español pintoresco laureado«. Según el propio Palomino obtuvo los datos de las notas biográficas, actualmente perdidas, escritas por Juan de Alfaro, un pintor que había sido discípulo de Velázquez en los últimos años de su vida, lo que le sirvió para identificar con precisión a todos menos uno de los personajes retratados.
El cuadro se salvó del incendio del Alcázar de Madrid (1734), sólo hubo un incidente, un deterioro (orificio) en la mejilla izquierda de la infanta, que por suerte, fue restaurado en la época con buenos resultados por el pintor real Juan García de Miranda. Durante la guerra civil española el cuadro y otras obras fueron evacuadas por el equipo de Jaques Jaujard y trasladados a Ginebra.
El estado actual de la pintura es excepcional, teniendo en cuenta su gran tamaño y antigüedad.
PERSONAJES Y OTROS ELEMENTOS:
- Infanta Margarita: La infanta de unos 5 años aproximadamente, es la figura principal. Fue uno de los personajes que más veces retrató Velázquez, ya que desde muy joven estaba comprometida con su tío materno y los retratos que se le enviaban eran para informar a Leopoldo I, sobre el aspecto de su prometida.
- Isabel de Velasco: Hija de Dn. Bernardino López de Ayala y Velasco, VII Conde de Fuensalida y gentilhombre de cámara de su majestad. Es la menina que está en pie a la derecha, en actitud de hacer una reverencia.
- María Agustina Sarmiento de Sotomayor: Hija del Conde de Salvatierra y heredera del Ducado de Abrantes por vía de su madre. Es la otra menina, situada a la izquierda. Está ofreciendo agua en un búcaro. La menina inicia el gesto de reclinarse ante la infanta real, gesto propio del protocolo de palacio.
- Mari Bárbola: Es la enana acondroplásica que vemos a la derecha. Entró en Palacio en 1651, año en que nació la infanta y la acompañaba siempre en su séquito.
- Nicolasito Pertusato: Enano de origen noble del Ducado de Milán que llegó a ser ayuda de cámara del Rey y murió a los 75 años. Está situado en primer término junto a un perro mastín.
- Marcela de Ulloa: viuda de Diego de Peralta Portocarrero. Era la encargada de cuidar y vigilar a todas las doncellas que rodeaban a las infanta Margarita. Está representada con vestiduras de viuda y conversando con otro personaje.
- Este personaje, medio en penumbra, es el único que no da nombre Palomino, mencionándolo sencillamente com en guardadamas.
- José Nieto Velázquez: era el aposentador de la reina, así como el propio pintor lo era del rey. Sirvió en el Palacio hasta su fallecimiento. Como dice el crítico de arte Harriet Stone, no se puede estar seguro se si su intención es entrar o salir de la sala.
- Diego de Velázquez: El autorretrato del pintor, de pie, delante de un gran lienzo y con la paleta y el pincel en sus manos y la llave de ayuda de cámara a la cintura. El emblema que luce en el pecho fue pintado posteriormente cuando en 1959, fue admitido como Caballero de la Orden de Santiagol
- y 11. Felipe IV y su esposa Mariana de Austria. Aparecen reflejados en un espejo, colocado en el centro y fondo del cuadro, pareciendo indicar que es precisamente el retrato de los monarcas lo que estaba pintando Velázquez.
En primer término se observa un mastín español, que está en reposo, sin inquietarse si quiera cuando siente el pie del enano Pertusato.
TÉCNICA:
Para José Gudiol: «Las Meninas» suponen la culminación de su estilo pictórico en un proceso continuado de simplificación de su técnica, primando el realismo visual sobre los efectos del dibujo. Velázquez en su evolución artística entendió que para plasmar con exactitud cualquier forma sólo se precisaban unas determinadas pinceladas. La simplicidad fue su objetivo en su época de madurez y en las Meninas es donde mejor consiguió reflejar estos logros.
La disposición elegida y la armonía de los tonos consigue esa maravillosa naturalidad que le da ese aspecto de secuencia improvisada captada fugazmente, con la que el pintor se anticipaba al realismo de la fotografía.
Por otra parte la presencia en la biblioteca del pintor de libros como «Los Emblemas del Alciato» o » la Iconología de Cesare Ripa» estimularon la búsqueda de variados significados ocultos o contenidos simbólicos en las Meninas.
Y finalmente con Michael Focault se explica esta obra como una estructura de conocimiento en la que el espectador se hace partícipe dinámico de su representación. Invita al observador a participar «en la representación dentro de otra representación».
–Múltiples versiones de las Meninas:
FUENTES DE INFORMACIÓN:
-Vídeo de Youtube, de artehistoria.