MANUEL RIVERA HERNÁNDEZ: Granada, 1927-Madrid 1995, fue un pintor y escultor español, miembro fundador del Grupo «El Paso», colectivo que supuso una ruptura revolucionaria en la pintura española de postguerra.
Fotos de Manuel Rivera.
VIDA Y OBRA:
Su padre sentía una verdadera atracción por el arte, llegó a pintar y a realizar esculturas en madera. Rivera mostró desde la infancia una gran disposición para la pintura y la escultura, por lo que su padre lo envió al taller del escultor imaginero José Gabriel Martín Simón, con el que comenzó a aprender el oficio de escultor, trabajó la madera y el yeso. Estudió en la Escuela de Artes y Oficios de Granada, donde recibió clases de Joaquín Capulino y de Gabriel Morcillo.
Cuando Manuel sólo tenía 9 años estalló la Guerra Civil Española. Al poco de terminar el conflicto, falleció su madre, acontecimiento que marcará de forma irremediable su vida, y también su trayectoria, ya que su obra se tornaría melancólica e introspectiva.
A los 15 años realizó su primer viaje a Madrid, quedando deslumbrado con el Museo del Prado.
En 1945 ingresó en la Escuela Superior de Bellas Artes de Sevilla, donde conoció a la que sería su esposa, Mary Navarro.
Durante el periodo formativo de Rivera, sus pinturas son figurativas en su totalidad, aunque sus cuadros apuntaban a una ruptura con la forma tradicional.
Manuel Rivera: » Aparte de hacer una pintura más fresca y de mayor luminosidad, comencé a preocuparme por las transparencias. Subí a la Alhambra y cada tarde intentaba atrapar aquel finísimo polvo de oro, más preocupado por el aire que por los volúmenes». ( Marisa Rivera Navarro. En busca de la luz y del espacio).
En 1951 comenzó su primera pintura mural en el Teatro Isabel La Católica de Granada, continuando con encargos como la Capilla del Pantano de Cubillas, o la sociedad «La Peña».
En 1952 fundó el grupo la «Abadía Azul» en Granada.
Albaicín 2. 1952.Óleo sobre lienzo.
En 1953, el Instituto de la Cultura Hispánica le invitó a participar en el Curso Internacional de Arte Abstracto celebrado en Santander. Este curso supondrá una inflexión en su carrera artística, comenzando a partir de entonces a adentrarse en el arte abstracto.
1956. Óleo sobre lienzo.
En 1956 viajó a París, donde tomó contacto con el arte contemporáneo de su tiempo, a la vez que buscaba su propio lenguaje. En este momento de su carrera, Rivera incorporó la tela metálica a sus obras como soporte artístico, primero sobre bastidores de madera y luego de aluminio.
Rivera: «Compré un rollo de tela metálica, lo llevé al estudio, lo cotemplé durante días, y casi a ciegas comencé a trabajar sobre él. En este momento comenzó mi aventura». (Testimonio recogido por Marisa Rivera Navarro).
Sin título. Tela metálica sobre cartulina.
En 1957, participó en la creación del grupo «El Paso», que supuso la introducción del informalismo en España, junto al escultor Pablo Serrano, y los pintores: Antonio Suárez, Juana Francés, Manolo Millares, Luis Feito, Antonio Saura, y Rafael Canogar, y los críticos de arte Manuel Conde (director de la Galería Fernando Fe), y José Ayllón. En 1958 se incorporaron el grupo los artistas Martín Chirino y Manuel Viola.
grupo-el-paso
El Paso.
En Abril de 1957, se celebró la primera exposición del grupo en la Galería Bucholz de Madrid, y publicaron su primer manifiesto.
1957. Tela metálica y alambre sobre bastidor de hierro.
En esta exposición presentó por primera vez sus telas metálicas, realizadas en un sólo plano y en la que los materiales empleados tenían una importancia primordial. Ese mismo año, Manuel Rivera es invitado a participar en la IV Bienal Internacional de Sao Paulo. En 1958 comenzó su serie «Metamorfosis», en homenaje a Franz Kafka. En 1958, Rivera también representó a España en la IV Bienal Internacional de Venecia con una sala individual, recibiendo el reconocimiento de la crítica internacional y también participó en la Exposición Universal de Bruselas.
1958. Metamorfosis. Tela metálica y alambre sobre bastidor de madera. Colección Helga de Alvear. Madrid. España
1959. Metamorfosis. Tela metálica y alambre sobre bastidor de aluminio. Helga de Alvear. Madrid.
Las telas metálicas que envió a la Bienal de Venecia, regresaron ligeramente oxidadas por la humedad, lo que le dio pie a un encuentro fortuito con el color.
En 1960 le contrató la Galería de New York Pierre Matisse. Juan Eduardo Cirlot firmó la presentación del catálogo, donde escribió:
«Manuel Rivera trabaja con telas metálicas, recortadas, suspendidas, sobrepuestas, desgarradas, que originan espacios de diversa intensidad, con retículos de variable finura y cuyos ejes y líneas de sostén son como alambres de un aparato de función ignorada aún. Pero la estética que se transparenta a través de estas obras similares a telas de araña no es la tecnicista que pasa a través de tendencias como el constructivismo ruso. Es la estética de los orientales, de los pueblos nómadas que cuelgan sus telas, sus alfombras, sus tapices y sus horizontes, sus panoramas interiores y exteriores, de unos palos provisionales como el alma humana que tenemos entre los dientes. Manuel Rivera puede cambiar de materia e incluso de procedimiento, pero deberá de conservar siempre ese sentimiento de lo errante y de lo transitorio, mortal definitivo».
1960. Metamorfosis. Fundación Juan March. Madrid.
1959-1960. Grabado.
1961. Metamorfosis, mutación. Helga de Alvear. Madrid.
1962. Metamorfosis (cosa).
Pierre Matisse fue fundamental para la difusión de la obra de Manuel en los Estados Unidos, tanto en museos como en el ámbito de coleccionistas privados.
En 1960 se disolvió el grupo El Paso, tras la publicación de su último manifiesto, con escritos de Eduardo Cirlot.
Desde la austeridad anterior, que todo era en blanco y negro, el color fue conquistando las sombras de Rivera a partir de 1961.
1963. Metamorfosis. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Madrid. España.
Nacían los primeros «Espejos» en 1964, espacios mágicos llenos de movimiento. El pintor comenzó a utilizar el mismo sistema de veladuras que los pintores venecianos del siglo XVI, y la tela metálica dejó de interesarle como materia para convertirse simplemente en un medio, con planteamientos más constructivistas.
1964. Espejo de doble amanecer. Tela metálica y alambre sobre madera.
1965. Espejo. Tela metálica sobre madera.
1966. Contrapunto. Tela metálica y óleo sobre madera.
1968. Espejo caja del tiempo número 2. Tela metálica y óleo sobre madera.
1969. Serigrafía.
1972. Homenaje a Piero della Francesca.
1973. Tiritaña VI. Helga de Alvear. Madrid.
La investigación sobre los espacios físicos y espirituales, el universo metafísico, volvió a aparecer en 1974, a través de las imágenes y formas de los «Mandala», representación de las formas cósmicas e instrumentos de meditación.
1974. Espejo para un son de campanas II. Tela metálica y óleo sobre madera.
1975. Helga de Alvear. Madrid.
1976. Espejo para una novia. Tela metálica y óleo sobre madera.
Homenaje a Miró 2. 1976. Serigrafía.
Homenaje a Miró. 1976. Serigrafía.
En 1977 rompió bruscamente con el lirismo anterior. Introdujo en las telas metálicas elementos que emplearía desde entonces, como collares erizados de puntos mortales, bocados de caballo, enganches herrumbrosos y alambrados zurciendo heridas.
1979. Serigrafía. Prueba de artista. De la Carpeta Diálogo con los tres adefesios de Rafael Alberti.
Más adelante el despliegue oscuro de los «Espejos heridos» y «Espejos rotos» de los últimos 80.
1986. Espejo roto VIII. Tela metálica y óleo sobre madera.
A mediados de los 80, entró en el periodo más escultórico de su producción. El juego de espacios se alejó del plano y los límites cobraron un nuevo sentido. Las formas salieron fuera del tablero.
1987. Sin título. Serigrafía.
1987. Sin Título. Serigrafía.
1987. Sin título. Serigrafía.
Cuenca 1987.
1989. Reloj de luz. Tela metálica y óleo sobre madera.
1991. Homenaje a Goya II. Serigrafía. De la Carpeta El Museo del Prado visto por 12 artistas contemporáneos. Museo del Prado. Madrid.
1991. Oráculo. Tela metálica y óleo sobre madera.
Manuel Rivera ha sido un artista en actividad experimental constante hasta sus últimos días. En 1994, probaba nuevas esculturas, realizando los «Transparentes». Surgían los tablex de colores desbocados. Creaba también la serie de los «Estorzuelos»; formas aéreas pendientes de la superficie de unas cajas diáfanas.
Manuel Rivera: «Nunca he pasado de lo experimental. Mi vida como hombre y como artista siempre fue una búsqueda».
1994. Sin título. Serigrafía.
La vibración óptica que producen sus telas metálicas ha hecho que su obra se relacione con el Op y el arte Cinético.
En 1981 recibió la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes y en 1984 fue nombrado Académico de la Real de San Fernando.
Manuel Rivera: «A pesar de que mi obra suele clasificarse en el informalismo, dentro de la abstracción, yo nunca me he considerado un informalista puro, ni tampoco un pintor abstracto. No busco simplemente un equilibrio de formas y colores. Necesito algo más. Partir de una idea lírica o de un dolor, de una emoción».
FUENTES DE INFORMACIÓN:
-Fotos: la ciudad de la pintura. www.ciudadpintura.com