FÉLIX DE AZÚA: "EL OJO QUE PIENSA".

Presentación de reproducciones y obra de milartienda.com en las VII Jornadas de Juntas de Gobierno: Buenas prácticas en la abogacía. Presente y Futuro de los Colegios de Abogados (31 Mayo-02 Junio 2017) en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Granada.

FÉLIX DE AZÚA: Nacido en Barcelona en 1944. Doctor en Filosofía y Catedrático de Estética en la Escuela de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Cataluña, es colaborador habitual del diario «El País».

Fotografía de Félix de Azúa.

En los años 80 impartió clases en la Facultad de Filosofía de Zorroaga (San Sebastián) en la Universidad del País Vasco, y a principios de los 90 fue director del Instituto Cervantes en París.

Fue ganador del Premio González-Ruano de Periodismo en 2013. En 2015 fue nombrado académico de la Real Academia Española.

-«EL OJO QUE PIENSA»:

«Las transformaciones que se han producido en las artes visuales tras la Revolución Francesa y a lo largo de los últimos 2 siglos, nos obligan a mirar de un modo distinto los treinta mil años de imágenes que la humanidad tiene censados.

Esta nueva manera de mirar (el ojo teórico), ha convertido a las imágenes artísticas (incluido el cine, la fotografía, y los nuevos soportes) en pensamientos visibles.

Ya no son objetos decorativos, bellos, piadosos, suntuosos, pedagógicos, elegantes, propagandísticos o señoriales, sino en verdad, son juicios sobre su tiempo y su espacio. Gracias a ellos representamos y entendemos la relación de cada sociedad con el mundo del que forma parte.

El nuevo modo de ver, inventado por el romanticismo europeo y asentado definitivamente en menos de 50 años, fue, a su vez, acompañado de un nuevo modo de representar cuyo resultado final han sido las vanguardias y posvanguardias, pero cuyo origen se encuentra en la Revolución Francesa y las guerras napoleónicas, cuando el régimen señorial y la protección del mundo se disuelven en la sociedad democrática y revolucionaria.

Entre las convulsiones de 1848 que transformaron el mapa del poder europeo y el fin de siglo, dos fuerzas paralelas comenzaron el asalto real a la tecnificación del mundo. Por una parte la técnica propiamente dicha, la cual irá arrinconando a la ciencia hasta sustituirla, pero por otra parte, las artes, encargadas de «explicar» el nuevo mundo, inventan un modo de representación cada vez más tecnificado.

Si los impresionistas son todavía el lado antiguo de la transformación, Manet, junto con Cézanne, pertenecen ya a las vanguardias y a la constante renovación técnica de la pintura.

Aunque para nosotros hay una distancia insalvable entre el mundo técnico y el artístico, en realidad ambas actividades son una y la misma. Es necesario conocer cómo se ha ido construyendo la diferencia, porque con ella aparece la figura del artista en tanto que «intelectual». La actual actividad artística se encuentra dominada por una producción en la que pesa más el aspecto teórico que el ejecutivo. Es decir, el arte de la sociedad democrática es también el más elitista e impopular».

«Cuando ya tienes el ojo moderno, el ojo teórico, es importante aplicarlo a la pintura antigua, a la escuela iconográfica, el arte egipcio…»

«Cuando alguien entra en el Prado, y ve Tizianos o Rafaeles, el discurso teórico está escondido, no es necesario. Piense en la «Primavera de Botticelli», el cuadro más bello del mundo: nadie sabe que es una representación de la filosofía neoplatónica, ni falta que hace. Pero si lo sabes, ves otra dimensión de la pintura que le añade una profundidad insospechada.»…

Pintura de la Primavera del italiano Botticelli. 203cm alto x 314 cm ancho.1480-81.

«En la Modernidad todo cambia. El discurso teórico ocupa un primer plano, es esencial. Si tú no sabes que estás mirando un cuadro cubista, seguramente no vas a saber lo que tienes que ver. Lo interesante es que nuestra mirada ahora es una mirada determinada por todo el proceso de la modernidad, es una mirada teórica, aunque no lo sepamos»…